Ramos, que reconoció que ha sido “un placer” vestir la camiseta del PSG, había paralizado su renovación. Con ese tono baboso azul neón que choca con los detalles azul marino y dorado, cuesta conseguir la lógica en la casaca de visitante del Wolverhampton. Este sábado, contra el Clermont, se despedirá de la que ha sido su afición durante dos años.