Shamarmat. Nadie me impone nada. Más que nada porque doy música: tengo que cantar, bailar y tocar instrumentos. Creo que es lo normal para ir al trabajo. Soy de informática y me agacho mucho por encima de los hombros de los alumnos por lo que aún gustándome los escotes no los uso en clase, es incómodo. No tengo normas impuestas por otros ni autocensura propia.