Ahmadi era un niño de tan solo cinco años de edad que vivía en Joguri, un pueblecito de Afganistán donde, al no disponer de los recursos necesarios, se fabricó su propia elástica a partir de una bolsa de plástico a la que dibujó los colores de la selección argentina y el nombre del astro del fútbol. Comprendo la sorpresa y también la ignorancia sobre un país situado en Asia Central, con una población superior a 34 millones de habitantes y con frontera con varios ‘-istán’, entre ellos Afganistán.