La FIFA no tardó en reaccionar (ya que su normativa dice claramente que el uniforme del futbolista debe constar de tres piezas). Los resultados son alarmantes para una industria que es la segunda más contaminante del planeta y responsable del 20% de los tóxicos que se vierten en el agua. Espero por el bien del animal que no tenga defectos genéticos, y que si los tiene pagueis el pastonazo que vale al veterinario,y no lo abandoneis.