Anota así el segundo gol para Uruguay y el estadio queda en absoluto silencio. Inclusive los futbolistas uruguayos quedan impresionados con el repentino silencio en el estadio. Los jugadores brasileños, desesperados por cambiar el marcador atacaban con todo para empatar el partido, pero no pudieron lograrlo y a las 16:45 horas el árbitro inglés George Reader silbaba el final del partido, con lo cual estallaba la alegría de los jugadores uruguayos.